

Nosotros los pueblos
de los Santuarios de la Biorregión Maya del Gran Consejo del Quetzal Maya
Unidos bajo los auspicios divinos de Hunab-Ku, el EspÃritu Primordial; lxazalvoh, la Primera Madre, entre los mayas de la región Quiché y otros grupos étnicos de estas zonas sagradas mayas; y la Madre Ixchel, diosa de la luna, los mares y todas las aguas, proclamamos nuestro solemne compromiso con la custodia de nuestra Madre Tierra. Inspirados por el legado de nuestros ancestros y la sabidurÃa natural que nos ha sido otorgada, declaramos nuestra sagrada intención de fomentar una comunidad que viva en armonÃa con la Naturaleza, sustentada por los principios de paz, salud y bienestar espiritual.
ArtÃculo I
Definición de una biorregión
La Biorregión Maya abarca 324.000 kilómetros cuadrados y se extiende por los estados mexicanos de Yucatán, Quintana Roo y Campeche, partes de Tabasco y Chiapas, las Repúblicas de Guatemala y Belice, y zonas de Honduras y El Salvador. Esta extensión, rica en biodiversidad y patrimonio biocultural, representa la cuna de la civilización maya, una civilización que se distingue por su profunda conexión con el cosmos y la naturaleza.

ArtÃculo II
Objetivos principales
Nos comprometemos a proteger las vibrantes formas de vida y los elementos naturales que nos brinda la Madre Tierra. Aspiramos a restaurar nuestras poblaciones animales, sus ecosistemas y su biodiversidad. Reconocemos sus derechos por su valor intrÃnseco, reconociendo la vida silvestre y los ecosistemas naturales como parte integral de nuestra relación ecológica y espiritual con la Madre Tierra.

ArtÃculo III
Reglas de conducta
Las normas de conducta dentro del Santuario Bioregional Maya reflejarán nuestro profundo respeto por el Creador Universal y la Madre Tierra. Estos estándares cumplirán o superarán las prácticas globales en la gestión de santuarios terrestres y marinos, garantizando que nuestras acciones contribuyan a la preservación, el rescate, la restauración y el enriquecimiento de la Naturaleza. Nos consideramos seres sagrados porque formamos parte de la red de vida del planeta y del cosmos.
ArtÃculo IV
Gobernancia
Hacemos un llamado a todas las comunidades de la Bioregión a aplicar esta Proclama con colaboración, compromiso, respeto y seriedad, asegurando un futuro pleno y próspero para nuestros pueblos, hijos e hijas y para todas las generaciones futuras.
ArtÃculo V
Cambio de paradigma

Nos comprometemos a ser un ejemplo mediante acciones concienzudas y constantes para reducir la contaminación del suelo, el aire y el agua generada por nuestras propias comunidades en más del 70 %. Aprovecharemos la energÃa solar e implementaremos fuentes de energÃa autosostenibles y responsables con la Madre Tierra: para mitigar el cambio climático, captar agua de lluvia y adoptar métodos de producción de alimentos orgánicos y éticos que revitalicen y honren nuestras prácticas ancestrales. Estamos decididos a mejorar la gestión de nuestras tierras y aguas, priorizando los hábitats de nuestra fauna y flora nativas.
ArtÃculo VI
Declaración de Refugio para la Vida Silvestre y Marina
Las aguas y tierras del Santuario Bioregional Maya se declaran refugio para las innumerables especies que en ellas habitan, entre ellas el jaguar, el quetzal, el tapir, el mono araña, el pecarà de labios blancos, el venado yuk, el mono aullador, el oso hormiguero gigante, la guacamaya roja, el tucán arcoÃris, la tortuga carey, el tiburón ballena, la ceiba y el zapote, entre otras especies veneradas, asegurando su protección ante los embates de la modernidad, el tráfico de especies y los peligros de la degradación ambiental.
ArtÃculo VII
Prohibiciones
De ahora en adelante, dentro de los lÃmites del Santuario Bioregional Maya, prohibimos estrictamente la privatización de las fuentes de agua, el saqueo y la explotación de nuestros territorios, la profanación de sitios sagrados, el uso de organismos genéticamente modificados, la aplicación de quÃmicos dañinos y la contaminación por plásticos en nuestras tierras y aguas. Estas acciones son contrarias a nuestras leyes ancestrales y al patrimonio biocultural de nuestros pueblos mayas.
ArtÃculo VIII
La carretera costera
Reconocemos los manglares que abarcan una superficie de más de un millón de hectáreas en toda la biorregión y que contribuyen a la protección costera, la filtración de agua y la captura de carbono. También reconocemos el Arrecife Mesoamericano, la segunda barrera arrecifal más grande del mundo, como un componente esencial de nuestro sistema ecológico. Extendiéndose desde la Isla Contoy hasta las Islas de la BahÃa en Honduras, este arrecife no solo alberga una gran variedad de vida marina, sino que también actúa como protector natural de nuestras costas. Esta Proclama afirma nuestro deber de proteger, restaurar, rescatar, preservar y prosperar en unidad con nuestra Madre Tierra, reconociéndola como un ser vivo y que somos parte de ella.


